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La sinestesia auditivo-táctil

También se llama sonido-tacto y a veces se usa el término audio-táctil

Con este tipo de sinestesia, ciertos sonidos inducen sensaciones físicas reales en diferentes partes del cuerpo. Las sensaciones pueden estar localizadas dentro del cuerpo, en la piel o relacionadas con la propiocepción (la naturaleza y posición del cuerpo).

Algunas de las manifestaciones que se han descrito son: presión sobre la piel; cosquillas o soplos de aire; punzadas; pulsaciones; contracciones musculares; hormigueo; sensaciones fuertes en las manos, pies o uñas; presión localizada dentro del cuerpo; opresión en el pecho; impulsos eléctricos recorriendo alguna parte del cuerpo; repetidas ondas de placer que recorren todo o parte del cuerpo; sensación de una forma geométrica en las manos o contra la piel o que se mueve por el cuerpo; sensación física de estar tocando una cierta textura con las manos; la impresión de que el cuerpo se mueve en una dirección particular o que sube o flota; sensación de metamorfosis de alguna parte del cuerpo…


Estos concurrentes táctiles suelen ser placenteros y no molestos ni dolorosos, aunque estas últimos reacciones son posibles algunas veces. La sinestesia auditivo-táctil parece tener un componente emocional y quizás haya una relación con las emociones creadas por la música, aunque todavía faltan estudios para determinarla. En todo caso las sensaciones táctiles son muy específicas, son consistentes e idiosincráticas (diferentes para cada sinésteta) y el fenómeno no tiene relación con otros como el frisson o el ASMR que afectan a muchas personas, sinestésticas o no, y que no se consideran un tipo de sinestesia (ver más abajo para más información sobre estos dos fenómenos y otros).  

Se considera una sinestesia relativamente poco común (según el estudio de Sean Day sobre la prevalencia, solo un 5% de los sinéstetas la tienen) aunque quizás la cifra sea más alta, porque es un tipo que se ha investigado poco en comparación con otros. Prácticamente todos los estudios específicos que se han hecho sobre la sinestesia auditivo-táctil se han concentrado no en el tipo natural al que nos referimos en esta web sino en el tipo adquirido por lesión cerebral.

Algunas características de la sinestesia auditivo-táctil:

Es consistente. Básicamente, el mismo sonido produce la misma reacción táctil sinestésica, con algunas excepciones lógicas.

El grado de relajación y enfoque es importante: la respuesta táctil tiende a ser fuerte y definida cuando el sinésteta está relajado y concentrado en el sonido o la música, y más débil o nula cuando está concentrado en otra cosa. Asimismo las experiencias pueden ser más leves o inexistentes con tensión y nerviosismo pero apoteósicas si la relajación es muy grande, similar a un estado de meditación avanzada.

La calidad del sonido también influye: al igual que con la sinestesia visual, la táctil suele responder de manera más fuerte con una buena calidad de sonido, escuchado a través de auriculares de calidad, y más débilmente si la música es distante o menos envolvente.

El efecto táctil puede ser cumulativo: puede que al escuchar ciertos tipos de música el efecto solo empiece después de unos minutos y se vaya incrementando en intensidad con la repetición de los sonidos.

A veces le acompaña una percepción de color: el sinésteta siente que la sensación creada por el sonido es de algún color en particular.

Es frecuente que coexista con la sinestesia auditivo-visual, dando lugar a experiencias táctiles y visuales al mismo tiempo.

Qué tipo de sonidos desencadenan la sinestesia auditivo-táctil?

Puede ser provocada por los sonidos generales o musicales, y varía de persona en persona. En muchos casos el sonido de cada instrumento musical se siente en una parte diferente del cuerpo o tiene su propia sensación táctil, siempre consistente, con lo cual el desencadenante es el timbre. En otros, las reacciones pueden ser específicas según cada canción o género musical. Parece ser menos frecuente, pero la sinestesia auditivo-táctil también puede ser provocada por las diferentes notas (frecuencias), tonalidades o acordes. Y hay personas para las que el inductor es la voz humana. Los sonidos electrónicos (y la música electrónica) pueden dar lugar a concurrentes táctiles en muchos casos, y un ejemplo que suele ser contundente es el tratamiento de las voces con autotune. Según el sinésteta, otros factores que pueden influir son el grado de harmonización, el tempo (y los cambios de velocidad), el volumen (intensidad), y quizás haya una relación con la emoción provocada por un sonido o secuencia musical en particular. Estos dos últimos ejemplos no deben confundirse con sentir las vibraciones de la música en el cuerpo ni con el frisson, que son fenómenos diferentes a la sinestesia (ver más abajo).




Sinestesias relacionadas con el auditivo-táctil

La sinestesia habla-espejo

Hay otro tipo de sinestesia poco estudiado y poco común (según el estudio de Sean Day solo un 0,18% de los sinéstetas lo tienen) que se podría considerar una manifestación de, o al menos relacionado con, el auditivo-táctil: el habla-espejo. Cuando alguien con este tipo de sinestesia oye hablar a otra persona, tiene la sensación de que se mueve su propia garganta, estómago y boca como si estuviera produciendo los mismos sonidos. También este tipo guarda alguna relación con el tacto-espejo.

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La sinestesia auditivo-motora

Algunas personas con sinestesia auditivo-táctil también experimentan otro fenómeno poco frecuente, la sinestesia auditivo-motora, donde el sonido provoca un concurrente de movimientos corporales involuntarios.

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La sinestesia sonido-textura

Las personas que tienen este tipo perciben la impresión de texturas al oír diferentes sonidos. Sin embargo, en la práctica estas texturas tienden a acompañar algún otro aspecto de su sinestesia –normalmente color, forma, sabor o sensación de tacto y la textura no viene sola y sin más referentes, con lo cual es posible que el sonido-textura no sea un tipo de sinestesia per se. En todo caso, es diferente a la sinestesia auditivo-táctil, ya que no implica una sensación física táctil en el cuerpo. Puede coexistir con la sinestesia auditivo-visual, por ejemplo, creando una visión de colores texturizados o formas con textura y color, pero en este caso las texturas no se sienten físicamente en las manos o en otras partes del cuerpo, siendo estas sensaciones físicas reales la marca que define la sinestesia auditivo-táctil.
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Auditivo-táctil y sonido-textura: proyección y asociación?
Se ha comparado la sinestesia auditivo-táctil y la de sonido-textura a la sinestesia proyectiva y asociativa respetivamente. La auditivo-táctil sería el equivalente a una sinestesia visual proyectada porque se siente físicamente y no simplemente en la mente. Es una forma muy válida de interpretarlo, aunque al día de hoy los términos “proyectivo/asociativo” solo se usan para las sinestesias visuales y no para los que producen concurrentes con los otros sentidos.


Las correspondencias intermodales: algo que todos podemos hacer
Hasta un cierto punto todas las personas somos capaces de asociar texturas con sonidos. Estas asociaciones se llaman “correspondencias intermodales” o "asociaciones intermodales" porque involucran dos modalidades sensoriales diferentes, pero no se consideran sinestesia porque no se producen conscientemente. Estas serían las diferencias:

Una persona con sinestesia sonido-textura: cada vez que oye un sonido, percibe una textura. Ve, siente o saborea esa textura como parte de sus otras sinestesias, y la considera una propiedad más de ese sonido. Esto le puede pasar con todos los sonidos, o solamente algunos en concreto.
Una persona que no tiene sinestesia: no suele percibir la impresión de textura con los sonidos en su día a día y nunca piensa en ello. Solo al ser preguntado diría que ciertos sonidos se corresponden con ciertas texturas y no con otras.



Fenómenos similares que NO son sinestesia auditivo-táctil:

El frisson (piel de gallina o escalofríos de placer al escuchar la música). Es común sentirlo en la nuca o en la espalda (columna vertebral). También puede producir lloros o risa y aumentar el ritmo cardíaco. Se estima que quizás los dos tercios de la población es capaz de tener esta reacción (Grewe et al., 2007). No es sinestesia; es una respuesta fisiológica a la emoción que causa la belleza de la música, especialmente cuando sorprende al oyente. No se suele dar con sonidos no-musicales. Se ha asociado con personas con más apertura a la experiencia.
Este vídeo sobre la sorprendente actuación de la cantante Susan Boyle después de enfrentarse al desprecio del jurado y del público en una prueba es un excelente ejemplo de algo que puede provocar frisson en muchas personas. Más información en general sobre el frisson aquí

ASMR ("Respuesta sensorial meridiana autónoma", por sus siglas en inglés). Muchas personas experimentan una sensación de hipnótico placer y relajación y ondas de cosquilleos en la nuca y columna vertebral ante ciertos estímulos auditivos y visuales tales como oír susurros, sonidos de besos o uñas que tocan el micrófono o ver escenas de cuidados personales y actividades realizadas con mucha concentración. La moda empezó en la primera década de los años 2000, atrae a cada vez más adeptos capaces de experimentarlo y actualmente hay muchos millones de vídeos en YouTube dedicados a este tema. Todavía se desconoce a qué porcentaje de las personas afecta el fenómeno, pero está claro que no hace falta ser sinestésico para experimentarlo. De hecho, un estudio investigativo interesante y riguroso (Barrat, E. L. y Davis, N. J. 2015, en inglés) encontró que un 5.9% de su muestra de personas que experimentaban ASMR también tenían sinestesia, algo más alto que en la población general (sobre el 4%). Se ha comparado con la sinestesia auditivo-táctil, pero no se considera como tal, una de las razones siendo porque no es idiosincrático (crea el mismo tipo de reacción en todos los que lo experimentan). Más información (en español) sobre el ASMR aquí

Dentera. Una sensación desagradable experimentada al oír ciertos sonidos como las uñas al pasarse por una pizarra, raspado de texturas como el porexpan o el sonido de los pinchos de un tenedor en contacto con un plato de cerámica. Puede crear una sensación física desagradable en los dientes o en el cuerpo, piel de gallina y escalofríos, pero no es una forma de sinestesia. Parece ser que todas las personas la pueden sentir en mayor o menor grado.



  S  i  n  e  s  t  e  s  i  a    A  u  d  i  t  i  v  o  -  t  á  c  t  i  l


Última actualización de esta página: 23 diciembre 2023

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